En fin...

Del diccionario de la RAE:

diligencia.

(Del lat. diligentĭa).

1. f. Cuidado y actividad en ejecutar algo.

2. f. Prontitud, agilidad, prisa.

3. f. Trámite de un asunto administrativo, y constancia escrita de haberlo efectuado.

Ya ha habido varias personas que me han preguntado por mi estado... "laboral". Y pensándolo bien, creo que merece la pena compartirlo con vosotros, con la esperanza de que podais aprender de mi experiencia.

En fin. Siemens es la decimotercera compañía mundial en capitalización bursátil, con un total de 123.520.000.000 $. Sí, eso es. Y encima es alemana. Es decir, que uno supone un cierto grado de responsabilidad, de fiabilidad, de eficacia. De diligencia.

Ja. Y una leche. Al menos, en lo que a mí respecta. Resulta que para realizar un contrato que normalmente lleva sólo dos semanas de tiempo, a mí ya me han tenido casi dos meses y nada. Supongo que conoceréis el magnífico artículo de Mariano José Larra, "Vuelva usted mañana". Pues viene a ser algo así: Ya no sé las veces que he tenido que coger el móvil y llamar a mi jefe, para obtener siempre la misma respuesta: "si fuera por mí ya estarías aquí trabajando, pero falta no-sé-qué papel y no me dejan si no está todo en orden".

No dudo de las palabras del jefe. Estoy seguro de que es tal y como él me dice. Y eso me frustra todavía más. Porque, ya me diréis: yo quiero ponerme ya con ello, en el hospital necesitan gente, y estamos las dos partes bloqueadas, porque a alguien en Recursos Humanos se le ha metido en la cabeza que si no tenemos firmada la forma A-38 no se puede hacer nada. (Espero que los fans de Astérix hayan captado el guiño; y si no, estais tardando en ver la escena de la casa que enloquece de Las doce pruebas de Astérix).

Claro que, esto también me explica bastantes cosas, de esas que no te dan en la uni. Pensémoslo un momento: Si en una empresa como Siemens pasa eso (y por lo que me han dicho, no sólo es que tarden en hacer los contratos, sino muchas más cosas), ¿cómo puede uno extrañarse por la ineptitud de la mayoría de compañías? ¿De qué nos sorprende que para anular una factura mal hecha de telefónica tengas que conocerte a la mitad de la plantilla de teleoperadores que tienen, mientras te marean de un departamento a otro? ¿Acaso te vas a extrañar si para que el fontanero te arregle la tubería dedicará más tiempo a comerse el bocadillo y a ensuciarte todo que a la reparación en sí?

Yo, que todavía soy joven e inexperto, reconozco que hasta hace poco, este tipo de comportamientos me dejaban atónito. Casi cuesta creer que estemos como estamos (una sociedad en teoría organizada, con infraestructuras, servicios...) cuando la mayor parte de la gente se especializa en pasarle la pelota al de al lado, o simplemente en no mover un dedo, con la vagancia o el desprecio por todo como bandera.

Pero, bueno, supongo que así son las cosas (y así se las hemos contado(. Queridos lectores, dejadme ofreceros un par de consejos que esta peculiar experiencia me ha proporcionado, pese a que estoy seguro de que ya los conocéis. Bueno, no está de más recordar. Sabed que en esta vida,

a- el que no llora, no mama

y

b- si quieres algo bien hecho, hazlo tú mismo.

Ah, por cierto, me he puesto en contacto con mi profe para empezar con el proyecto de final de carrera. Porque si sigo esperando a lo otro, me llega la jubilación, al paso que vamos.

Sed felices.