miércoles, 31 de diciembre de 2008
Cafés y cervezas
viernes, 19 de diciembre de 2008
3 meses
Hoy hace justo tres meses que comencé esta nueva etapa en Madrid. 3 meses justo. Y hoy por fin, cual anuncio de turrón navideño, vuelvo a casa. Nunca antes había estado ausente tanto tiempo, y ya iba siendo hora.
Ha sido como tantas otras veces: Nuevas caras, nuevas calles, nuevos retos. Pero distinto también a las otras veces: En esta ocasión, todo era nuevo. Todo.
Y la verdad es que he aprendido mucho. Muchísimo. Sí, he aprendido electrónica, programación, microondas, etc. Pero eso es sólo una parte.
Quizá la lección más importante con la que me quedo es la de la humildad. Es decir, sé que estoy estudiando una carrera muy dura y algo de mérito sí que me voy a atribuir, para qué lo vamos a negar. Pero, aun y todo. Humildad.
Porque me he dado cuenta de que en algunos momentos no queda más remedio que detenerte, y quitarte algo de carga de encima. En algunas ocasiones, hay que saber dónde está tu propio límite y luchar por superarlo, pero hasta un punto razonable. Si no se puede llegar de un salto, habrá que dar dos. Y punto. Repito: Sabiendo distinguir siempre el límite “a superar” y el límite “más allá de lo razonable”.
Y precisamente enganchando con esta conclusión, viene otra: Como digno pero humilde ingeniero técnico, llegar a una carrera con otro nivel al que no estás acostumbrado se hace difícil. Y ves que la gente está mejor preparada que tú, tiene más base, entiende mejor los conceptos. Ante esta situación, uno tiende a sentirse un poco frustrado e incluso envidioso, pero, después de razonarlo brevemente, la única pregunta a formular es:
“¿Y qué?”
Quiero decir, si a mi compañero de al lado le cuesta una hora la práctica que a mí me cuesta diez horas y encima le sale mejor (me baso en hechos), pues, ¡genial! Yo bastante orgulloso que estoy de haber conseguido terminar mi práctica y que todo vaya bien. Al final, lo que cada uno hace le incumbe únicamente a él. Después de todo, cada uno sigue su camino.
Hace tres meses dejé atrás una buena vida. Tenía un buen trabajo, estaba cerca de mi familia y amigos. Iba al gimnasio tres veces por semana, iba a buscar a mi hermano al cole, a clases de guitarra, tocaba con más gente, iba a clases de baile y de inglés. Sí, no estaba mal.
Así que ahora, cuando llegue a casa, me acordaré de todo ello. Y lo echaré de menos, porque todo era más sencillo. No tenía presiones, ni exámenes, ni trabajos, ni antenas ni microondas. Sí, cuando llegue a casa lo echaré de menos.
Pero sólo lo echaré de menos por unos instantes. Porque ese no era el camino que tenía que seguir.
Feliz Navidad.
domingo, 14 de diciembre de 2008
Free beats
La niñita del final es lo mejor :D
FREE BEATS from ulteriorproductions.com on Vimeo.
Extra: Fijaos en la camiseta del chico. ¿Nos os recuerda a algo? :D
domingo, 7 de diciembre de 2008
De vuelta
Ver a los Guardian fue una gozada. Después de tantísimo tiempo, ¡¡tenía tantas ganas!! Y la verdad es que fue como volver a tener 16 años, cuando los oí por primera vez. Ahí estuvimos, casi en primera fila, y yo me dejé la poca voz que me quedaba, a base de gritar "Niiiiiiiightfaaaaaaaall" como un loco. Después de esperar tanto tiempo, mereció la pena. Vaya que sí.
¡Y los Europe! En fin, sólo voy a decir una cosa: más de 10.000 personas, saltando todos a la vez mientras cantábamos eso de "It's the final countdown". Apoteósico. Simplemente apoteósico. Para mí, sólo por eso ya mereció la pena haber pagado la entrada y haberme desplazado hasta ahí.
El resto del verano transcurrió plácidamente trabajando, por primera vez en la vida (empaquetar bolsas de sangría no cuenta, lo siento). Interrumpido por alguna que otra agradable salida a pasar un buen rato todos juntos, haciendo una de las cosas que más nos gustan: Rolear.
Hubo también tiempo para dar caña a la guitarra... Jocker and the Thief y otras tantas... qué bien nos lo pasamos. ¡Y hasta sonamos bien!
También tuve la suerte de que me invitaran a Salou... ¡con viaje en yate incluído!
Después de todo, un verano no es un verano sin su ración de playita...
Y, ah, sí. Una de las grandes cosas de estar trabajando es que te paguen y que tengas vacaciones. Esta maravillosa mezcla resultó en un improvisado viaje a... ¡Praga!
No os puedo recomendar esta ciudad lo suficiente. Hermosa, acogedora, romántica, agradable, limpia, tranquila... una de las mejores sensaciones de este verano fue, sin duda, estar en la plaza de la iglesia de Tyn disfrutando de una Krusovice bien fría, relajadamente, sin nada en que pensar, tan sólo contemplando los turistas yendo y viniendo. Ya haré un reportaje fotográfico algo más extenso, porque mis palabras no pueden hacerle justicia. Praga. Encantadora Praga.
¿Y ahora? Pues como todos bien sabéis, de vuelta a la vida de estudiante: De nuevo las fórmulas, las prácticas, los apuntes, los ejercicios, las asignaturas, la rutina. Claro que este año es distinto: Esto es teleco superior, y, ufff. Bueno, sí, ya os he hartado bastante con mis quejas así que no seguiré. Qué decir. Pues que en Leganés no hay nada interesante que hacer... y casi mejor que así sea, al menos se puede estudiar tranquilo. Aunque mi visita semanal a la capital no me la quita nadie :)
En fin, mis queridos lectores (de haberlos). Me alegro de estar de vuelta. Ya sabéis que podéis ponerme lo que os dé la gana. Yo procuraré retomar la costumbre de leer vuestros blogs/espacios/lo que sea, que hay que mantener los buenos hábitos. Y ya de paso, procuraré también actualizar con algo más de frecuencia.
Besos y abrazos. Y gracias por estar ahí.